Andrés Calamaro habla con honestidad brutal
ENTREVISTA DIARIO EL COMERCIO - PERU
Cuando se le menciona la palabra 'Perú', una serie de imágenes saltan a su mente: "La playa El Silencio. Frente al mar, con chorros de agua para aplacar el calor de las gentes. Ese es definitivamente uno de mis conciertos más valorados", expresa Andrés Calamaro recordando la ardiente noche en la que se presentó en el balneario del sur donde revivió a Los Rodríguez y regaló al público los estrepitosos éxitos del álbum "Alta suciedad" (1997). Más de diez años después, Calamaro regresará a Lima este 26 de octubre para finalizar la gira iberoamericana de su más reciente álbum "La lengua popular" (2007) en un show en el que promete imponer sobre la explanada del estadio Monumental toda la solidez de su rock alimentado, como es usual, de poesía anárquica y pura nostalgia.
En su más reciente proyecto discográfico, el ex líder de Los Rodríguez afirma que "ya no tiene espinas clavadas en el corazón" y que la "intensidad apocalíptica" que lo poseyó durante la creación del álbum "Honestidad brutal" (1998) no lo agobia porque no lo necesita. Aunque ya no se siente el viejo salmón que nadaba río arriba, hoy ha logrado doblegar los pilares de la industria a su favor."Solamente estoy viviendo un idilio con el público.
Será la corriente la que me sigue a mí ahora", responde desde España el músico, compositor y productor argentino con la elegante determinación que lo caracteriza. Aunque define el rock como su esencia, las raíces del tango lo nutren como una fuente inagotable de milonga creativa: "Creo que el tango tiene un riquísimo pasado, lleno de valor musical y poética. Es un tesoro cultural", explica Calamaro.
Si bien no piensa a corto plazo repetir la fuerza experimental y productiva parecida a la de los cinco discos de "El salmón" (2000), el cantante bonaerense no niega que la efervescencia de antes pueda sorprendernos en su próximo proyecto: "En este momento no quisiera sacrificar tanto tiempo en una creación catárquica. Prefiero darle importancia a la música en vivo, a la espuma de mi último disco y del próximo", asegura el músico, quien alista para fin de año un box set compuesto de seis álbumes (110 canciones en total) y un DVD con imágenes inéditas de conciertos, clips y anécdotas que abarcan 10 años de su carrera.
PARADOJASAunque para algunos la expansión de Internet y la piratería es un flagelo para la industria, el músico concibe la web como una posibilidad para que su música llegue a más personas. "Comprar un disco es voluntario. El que quiere puede comprarlo o copiárselo y escucharlo como prefiera", dice Calamaro y, como quien le responde a los amantes del CD o el vinilo, añade que la fragmentación de un álbum en pistas no es un fenómeno propio de Internet ni de ahora: "Desde que existe la radio, esta fragmenta el álbum (en pistas)".
Paradójicamente, se autocalifica como un "héroe de la industria" y así lo reconocen en su país. El éxito del álbum "La lengua popular", que el músico define como una metáfora de la simbólica lengua de los 'rolling' y de la necesidad muscular de decir algo, se coronó en la ceremonia de los premios Gardel 2008 con seis estatuillas, incluido el prestigioso Gardel de Oro. Las palabras de honor fueron dirigidas a su mentor Miguel Abuelo, ex líder de la banda Los Abuelos de la Nada, fallecido hace 20 años.
CUANDO EL TIEMPO VUELA
Todo comenzó cuando Miguel Abuelo lo llamó para ser parte de la nueva alineación de Los Abuelos de la Nada a comienzos de los años 80. Así, Andrés Calamaro se convirtió en una parte fundamental en la vena creativa de la banda hasta su abrupta salida en 1985. Cinco años después el músico viaja a la península ibérica, donde al lado de Ariel Rot y Julián Infante forma Los Rodríguez, banda que alcanza el estrellato con temas como "Sin documentos" y "Dulce condena". Luego de cuatro álbumes juntos, Calamaro lanza nuevamente su carrera como solista y edita los discos "Alta suciedad" (1997) y "Honestidad brutal" (1998), este último con más de 500 mil copias vendidas.Tras la verborragia musical de 300 temas de "El salmón" y su alejamiento de los escenarios, editó el disco de tangos "El cantante" (2004) con la magistral participación de El Niño Josele y Jerry González. Luego de su regreso a los escenarios de la mano de Bersuit Vergarabat ("El regreso", 2005) a este le seguiría "Tinta roja" (2006). Después hizo su aparición la mano del precursor del rock argentino Litto Nebbia en "El palacio de la flores" (2006), con un 'cover' de la canción "Contigo aprendí" de Armando Manzanero. Andrés Calamaro no será más un recuerdo para los peruanos, ahora solo nos queda contar ansiosos los días y los minutos en cuenta regresiva.